Mi cobijo
La cabaña de mi amigo está en el norte del estado de Nueva York, en Los Estados Unidos. Es más cerca de la frontera con Canadá que de la ciudad de Nueva York, pero en realidad, ambos están cerca. Esta región del país es conocido como “las Montañas Adirondack”, en Nueva York como Parque Adirondack. La cabaña está en el norte del parque, justo afuera del pueblo, Saranac Lake, cerca del pueblo Lake Placid, la cede de los Juegos Olímpicos de Invierno del año 1980.
Afuera una brisa ligera mueve las frondas y los brazos de los pinitos. El paisaje siempre es verde. Hay arboles coníferos con aguja de pino perenne. Los arboles crecen derechos y altos. Crean un toldo arriba y un suelo suave abajo. Es lindo para andar entre sus troncos, respirando el aire fresco con olor a pino.
Justo ahora, a fin de marzo, todavía hay parches de nieve alrededor en el suelo. Las áreas que reciben el sol son las primeras mostrar el suelo. La temperatura en promedio es más de cero durante el día, y es bajo cero en la noche.
Adentro de mi cabaña tengo una estufa de hierro que quema la leña. Produce un calor imponente que es necesario regular. El calor es seco. Puedes sentir el olor a incienso mientras la madera se va quemando. El vidrio del frente de la estufa muestra un brillo caluroso. Sobre la estufa hay una tetera con agua que produce un poco de humedad para balancear el calor seco. Puedo oír el sonido del agua hirviendo a fuego lento en la tetera.
Afuera de la cabaña se escucha solo el sonido del viento en los árboles, como un silencio más profundo que ningún sonido. En las mañanas se escuchan unos pocos pájaros cantando, los pocos que han llegado, los primeros de la primavera. Adentro se percibe solo el sonido de la tetera, un reloj pasando los segundos, y las teclas de mi teclado cuando escribo estas palabras.
Hay un lago en la base del acantilado en donde está situada esta cabaña. La superficie del lago todavía esta plana y blanca, cubierta de hielo y nieve. Un día de estos va a aclarar de repente. En unas horas el hielo se va a quebrar y desmoronar, dejando salir a la superficie el líquido del lago. A veces en la comunidad las personas apuestan para ver quién puede adivinar el día y la hora más cerca en que el hielo se va desmoronar.
Estoy acá solo. Hay electricidad, internet, agua caliente. He traído alimentos para una buena cantidad de tiempo, unas semanas. Tengo los libros. Tengo el tiempo. Tengo la paz.